DEONTOLOGÍA PSICOPEDAGÓGICA
Por: Xiomara Agüero M. y Martín A. García R.
Los docentes, pedagogos y psicopedagogos en general, precisan de una formación específica, para poder cumplir con una función tan compleja y difícilmente delimitable, como lo es el poder guiar, orientar y ayudar al alumno en el proceso de aprendizaje además de brindarles las herramientas necesarias para encontrar solución a los problemas que durante este proceso van surgiendo. Por esto necesitan de un compromiso con el bien, es decir, de un CÓDICO DEONTOLÓGICO asumido, explícito y libremente aceptado debido a que los meros principios jurídicos, no son suficientes para regular todos los escollos que surgen durante la formación del educando.
Cabe destacar que con frecuencia, ética y deontología se utilizan como sinónimos. Es cierto que ambas palabras hacen relación al deber y ambas disciplinas son tenidas como ciencias: la primera se ocupa de la moralidad de los actos humanos y la segunda determina los deberes que han de cumplirse en algunas circunstancias sociales, y en particular dentro de una profesión dada. Por eso se identifica como " la ciencia de los deberes".
Dice Ferrater Mora que la deontología ha de considerarse como una disciplina descriptiva y empírica cuyo fin es la determinación de ciertos deberes. La ética, a su vez, puede aceptarse como una disciplina normativa.
Para Jeremías. Benthan (1834), quien fue el primero en utilizar el término, la deontología es: "la ciencia de los deberes o teoría de las normas morales." Él la definió como lo obligatorio, lo justo, lo adecuado. Aplicada a las profesiones se denomina deontología profesional y es la disciplina que se ocupa de determinar y regular el conjunto de responsabilidades éticas y morales que surgen en relación con el ejercicio de la profesión, especialmente aquellas que tienen repercusión social.
Su contenido se basa y justifica en los principios y normas de la ética y la moral, el objetivo específico de la deontología profesional, consiste en la aplicación de estos principios a cada profesión.
Un Código Deontológico, no sólo sirve de guía a la acción moral; también, mediante él, la profesión declara su intención de cumplir con la sociedad, patrocinadora de sus servicios, para servirla con lealtad y diligencia y de respetarse ella misma como profesión
Como toda ciencia la deontología cumple con exigencias las cuales son:
ü Sus postulados suelen formularse negativamente de la forma "no harás" o mediante prohibiciones. Aun cuando parecería teóricamente posible transformar las exigencias deontológicas que se formulan como prohibiciones en prescripciones manifiestamente "positivas" (por ejemplo el mandato "no mientas" en "di la verdad", y "no dañes a un inocente" en "presta ayuda a quien la necesita"), los deontólogos consideran que las formulaciones positivas no son equivalentes a (ni se desprenden de) las negativas.
ü Sus postulados se interpretan de manera estrecha y limitada. Esto es decisivo, pues diferentes concepciones del alcance de las exigencias deontológicas o diferentes concepciones sobre lo que constituyen tipos de actos diferentes— obviamente darán lugar a comprensiones muy diversas de las obligaciones y responsabilidades de los agentes.
ü Las exigencias deontológicas tienen una estrecha orientación: se asocian estrechamente a las decisiones y actos de los agentes más que a toda la gama de consecuencias previstas de sus elecciones y actos.
El educador, pedagogo y psicopedagogo en general, tiene que ser consciente del valor y la dignidad que tiene todo ser humano, persiguiendo como objetivos en su ejercicio profesional:
a) La permanente búsqueda de lo verdadero y válido para el ser humano.
b) La permanente preocupación por su perfeccionamiento profesional.
c) La continúa promoción de los principios democráticos a partir de una buena convivencia y como base para ella.
Para conseguir estos objetivos es fundamental garantizar:
a) La libertad de aprender.
b) La libertad de enseñar.
c) La igualdad de oportunidades educativas para todos.
El incentivo más importante que tiene el profesional de la educación para realizar su trabajo y para que el proceso educativo sea eficaz reside en su compromiso deontológico que habrá que dar forma a su acción educativa en todos aquellos ámbitos donde actúe:
La Psicopedagogía como ciencia que estudia el proceso de aprendizaje, dedicándose tanto a los métodos y técnicas para optimizar dicho proceso como a la detección de las alteraciones que se presentan en la adquisición de conocimientos participa en la búsqueda de la aplicación de las mejores herramientas para la integración institucional de los niños y sus cambios y favorecer el funcionamiento de las relaciones de la comunidad educativa.
Es así como la psicopedagógica requiere de la existencia de un código deontológico que le brinde las herramientas administrativas que garanticen que la profesión se ejerza de manera ética, señalando con él una línea recta de comportamiento uniforme entre todos los integrantes de la profesión, basada en la integridad al trabajar y en la confidencialidad de cada caso tratado.